Hasta no hace mucho parecía imposible imaginar una enorme jornada de Agroecología en el hall de una facultad de ciencias agrarias en el corazón de la llamada zona núcleo, el “pago chico” del modelo agroindustrial dominante. Más aún si la organización corre por cuenta de las propias autoridades de la facultad y una novísima Dirección Nacional en el Estado Nacional, con el acompañamiento de sociedades científicas, otras instituciones públicas, gestiones municipales y organizaciones de productorxs y de la sociedad civil. Pero así fue: entre el 4 y 6 de mayo pasados se realizó la primera experiencia del proyecto “Nodos Agroecológicos Territoriales (NAT)” en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), ubicada en la comuna de Zavalla, en el sur santafecino.
Con más de 200 participantes y una apretada agenda de exposiciones, talleres y visitas a módulos experimentales y unidades productivas, se construyó un hecho que quizá sea histórico, y que viene a enterrar un mito fundante del modelo agropecuario que aún coloniza nuestros territorios y permea en el discurso de muchos funcionarios: “no se puede producir de otra manera”.
Además de la Facultad de Cs Agrarias y la Dirección Nacional de Agroecología (DNAE), convocaron a la actividad la Sociedad Argentina de Agroecología (SAAE), la RENAMA, el INTA, la Secretaría de Agricultura Familiar (SAFCI) y el programa Cambio Rural.
Según Eduardo Cerdá, Director Nacional de Agroecología del MAGyP, “Esta es una experiencia novedosa para todos: poder juntar a la facultad, a los municipios, a productores y a los movimientos; y al juntar las distintas miradas podemos hacer un diagnóstico integral sobre cómo está la agroecología en este territorio y plantearnos tareas”.
Para Griselda Muñoz, vicedecana de la Fac. de Cs. Agrarias (UNR) “con la evidencia de los daños y el impacto negativo que tiene este modelo productivo, que es también económico, político, cultural y educativo; en Zavalla nos estamos dando la oportunidad de hacer una transición y eso es un gran principio. Hay muchas personas convencidas de que la agroecología es el camino que hay que transitar y estamos avanzando.”
¿Qué son los Nodos?
Desde la DNAE describen a un nodo como “un espacio de articulación, de trabajo común, y co-evolución de múltiples actores del territorio orientado a escalar la agroecología”. Estos espacios se conformarán en principio “en torno a facultades de ciencias agrarias y afines que promuevan el escalamiento de la agroecología en los territorios” pero aclaran que, de ser necesario, la propuesta puede implementarse en torno a otro tipo de instituciones.
Para Elizabeth Ciccorossi de la DNAE, un anhelo es “que se pueda concretar la inter-institucionalidad, que muchas veces cuesta llevar a la práctica, para resolver problemas locales. Que las instituciones o actores no actúen aisladamente, sino que se acerquen, se conozcan y puedan pensar problemas comunes, soluciones posibles, agendas de trabajo compartidas, para objetivos que finalmente hagan que la agroecología pueda escalar en los territorios. El agroecológico es un enfoque situado asique no podemos pensar un plan de trabajo para todo el país, sino pensar en las particularidades que tienen las distintas regiones y localidades.”
Las jornadas
El programa de los dos primeros días incluyó relatos de experiencias de lo más diversas: la producción hortícola y experiencias asociativas en el periurbano rosarino o producciones extensivas y ganaderas en el norte de la provincia de Buenos Aires; hasta debates en torno a la investigación en agroecología o la perspectiva de género en el enfoque agroecológico. Algunas de estas se compartieron oralmente al conjunto de los participantes y otras a través de pósters. Eduardo Cerdá y Santiago Sarandón brindaron exposiciones; y se realizaron talleres de trabajo en torno a problemas para el escalamiento de la agroecología y propuestas para abordarlos, cuya síntesis hará las veces de primer insumo para el trabajo del nodo.
El clima acompañó en las visitas a distintos espacios dentro del predio de la facultad donde al mismo tiempo se dieron interesantes debates in-situ. Se recorrió el Módulo de Aprendizaje Productivo (MAPro) a cargo de estudiantes, la Huerta y Vivero forestal agroecológico, y el Sistema Integrado de Producción Agroecológica (SIPA, módulo de aprendizaje y experimentación que es parte de la currícula de la facultad). También durante los 2 primeros días funcionó la Feria Agroecológica con gran variedad de productos. Con la puesta en común de las conclusiones de los talleres y la palabra de las instituciones organizadoras se dio cierre a las jornadas en la facultad.
El viernes 6 se visitó la planta de bioinsumos que construyó la comuna de Zavalla, y lotes del periurbano donde se desarrollan experiencias productivas agroecológicas acompañadas por políticas de fomento comunales. Después se visitó la Escuela Agrotécnica de Casilda donde su directora Graciela Mandolini y parte del staff docente ofrecieron una extensa recorrida, para cerrar visitando el Proyecto Agroecológico Casilda (PACa) a pocos kilómetros.
Balances y desafíos
La actividad se desarrolló fluidamente aún a pesar de la gran cantidad de actividades. A posteriori la palabra de las y los participantes transmitía la sensación común de un balance positivo y al mismo tiempo el enorme desafío que queda planteado.
Para Luis Narmona de la DNAE “el balance es positivo. Tenemos abierto el diagnóstico de un territorio de alta complejidad por su historia vinculada a la agroecología, ahora ¿cómo hacemos confluir el potencial que quedó evidenciado? Hay mucha gente haciendo agroecología pero por ahora dispersa. Otro desafío es ¿cómo se construye conocimiento para la agroecología? Los productores están: ¿alguien les preguntó a ellos qué se necesita investigar? La interdisciplina está en evolución, la transdisciplina creo que es una deuda pendiente, sobre todo con los extensivos. ¿Cómo promovemos la interacción de la academia y las instituciones de ciencia y técnica, con los productores en los procesos de investigación y extensión? Algo con gran potencial: los estudiantes, grandes aliados de la agroecología, el futuro, ¿cómo trabajamos con ellos y ellas?”
Para lo que viene con el Nodo en Zavalla, según los convocantes el espacio deberá encontrar su propio modo de andar. En palabras de Griselda Muñoz: “Hay que ponerse a trabajar, seguir encontrándonos y dialogando. Tendremos que seguir tejiendo esta agroecología, con los hilos que cada uno pueda aportar. Lo importante es que el tejido se sostenga y que podamos contribuir al escalamiento de la agroecología. La Universidad es el lugar de la duda, y habrá que aprovecharla y utilizarla como combustible para motorizar estos cambios y transformaciones. La agroecología tiene que crecer, desarrollarse, expandirse, y nosotros tenemos la obligación de encontrar la forma de hacerlo; es una obligación, una responsabilidad.”
Para Eduardo Cerdá, “esta experiencia es muy importante. Logramos que se acerquen a participar un abanico de gente que le interesa la agroecología y tiene un recorrido importante. Vemos que hay muchos actores y muchas fortalezas, ahora queda seguir trabajando para fortalecerlo, para delinear acciones a futuro. Como DNAE tenemos mucho que revisar, tenemos que generar una metodología para construir estos espacios en cada lugar.”
Las distintas voces dejaron resonando una multiplicidad grande de cuestiones, que hacen a la complejidad real que implican las transiciones como la que necesitamos en relación al modelo agropecuario: Desde los movimientos populares, articulando las necesidades puntuales con las estructurales, la disponibilidad de alimentos sanos a precios justos, el acompañamiento técnico, el acceso a la tierra o la protección de las fumigaciones con agrotóxicos. Desde los productores extensivos, poder agruparse y asociarse, reconocer obstáculos comunes y plantear soluciones técnico-productivas y socio-organizativas. Desde los gobiernos locales, asumir la tarea de ordenar el territorio con lógicas comunitarias que prioricen el abastecimiento local y el bien común frente a lo que ya instaló el capital y se vive con particular dramatismo en los periurbanos con las fumigaciones o la especulación inmobiliaria. Desde la academia y organismos de ciencia y técnica, en el replanteo de la perspectiva de la investigación y su articulación territorial con las necesidades concretas para el aporte de soluciones. Desde las instituciones del Estado, la construcción y articulación de políticas públicas a distintas escalas para el desarrollo y consolidación de este enfoque. La tarea es enorme pero a través de los participantes se percibe una vitalidad que es clave para avanzar. Espacios como el que se esbozó en Zavalla empiezan a alinear actores diversos con necesidades, ganas, experiencias, recursos y potencialidades. Por arriba y por abajo la pelota está girando. Falta lo que falta.
Zavalla – Santa Fe, mayo de 2022
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1 comentario
Excelente nota! refleja un avance que, apenas unos pocos años atrás, solo unas pocas personas podían imaginar en la zona núcleo de la región Pampeana.