A mediados de abril, en sintonía con la celebración del Día Internacional de la Lucha Campesina, la oficina Cono Sur de la Fundación Rosa Luxemburgo (FRL) publicó el libro “Alimentos y política comunal. Claves para cocinar comunidades agroalimentarias” un libro cocinado a varias manos, con textos de Leonardo Rossi y Patricia Lizarraga, e ilustraciones a cargo de Carlos Julio Sánchez. La publicación continúa un camino abierto con el Seminario de “Ecología Política del Alimento” dictado por Rossi, co-organizado entre la FRL y la Red Calisas, que consistió en 4 intensas jornadas de reflexión y debate, entre agosto y septiembre pasados en la Facultad de Agronomía de la UBA, al que asistieron más de 50 personas con distintos y variados recorridos ligados al paradigma de la Soberanía Alimentaria.
En su introducción lxs autorxs plantean que “este libro les propone hablar de política desde el alimento. Dotarlo de sentido, convertirlo en una palabra-territorio para comprender el mundo. Si comprendemos lo esencial del alimento en nuestras vidas (más allá de la nutrición) podemos hacer de estos una herramienta profundamente transformadora”. Desde el plato de comida a cada aspecto de nuestras vidas, a la forma de nuestras sociedades y tiempo histórico. Como fue siempre. Como necesitamos volver a reconocer.
Sin espoilear el libro cuenta con dos partes, una más conceptual y que condensa una reflexión socio histórica y política que Rossi desarrolla con más detalle en otras publicaciones como “Teoría Política de la Comida” (Ed. Muchos Mundos. 2023); y una segunda parte para “mirar a través del alimento” con propuestas y herramientas que “facilitan la acción de reflexión, el abordaje y la problematización de la cuestión alimentaria en distintos niveles”.
Un largo camino de comer y compartir
Desde la introducción del libro el planteo de “volver al alimento” implica un repaso de su rol en el desarrollo de nuestra especie en este mundo, pero también asumir el proceso (reciente en términos históricos) por el cuál nos hemos extrañado de él, reconocer la opacidad con que el poder corporativo fue alejándonos del vínculo íntimo con nuestros alimentos. Y con esa “vuelta” al alimento lxs autores plantean la necesidad de reapropiarnos de nuestras culturas alimentarias como claves para afrontar los grandes desafíos que la humanidad enfrente en este presente.
¿Cómo es el sistema agroalimentario predominante hoy? ¿Cómo se fue conformando? ¿Siempre fue así? ¿Cómo es que la alimentación (quizá la actividad cultural más importante de nuestra especie) se nos ha vuelto extraña?
Para Leonardo Rossi “este es un proceso que hay que pensarlo en una dimensión global, porque no puede ser desligado de la lógica de formación, expansión y desarrollo del capitalismo; y las distintas variantes que este ha tenido históricamente; pero en la actualidad hemos llegado a situaciones límites que se manifiestan en toda una serie de problemáticas sanitarias extremas, como tasas de obesidad y malnutrición y distintas afecciones a la salud que el sistema alimentario actual provoca. En el mismo sentido en el plano ecológico-climático, con toda la ruptura de los ciclos biogeoquímicos, y una situación muy, muy delicada, donde el sistema agroalimentario está en el centro”.
Para Rossi la composición de este presente “es una anomalía en términos históricos: tener sobretasas de producción de alimento y al lado personas que están muriendo de hambre. A esta situación llegamos en procesos no lineales, con particularidades en distintos países, con distinciones de clases, género y regiones al interior de los países, pero es un patrón del que la Argentina no está exenta. Y particularmente hoy, en un contexto donde esto se lleva al extremo no solo en lo concreto sino también en las narrativas que llegan a plantear que la cuestión del hambre debe autorregularse mediante el mercado, y donde pareciera que la cuestión alimentaria refiere únicamente a temas de asistencia sin la profundidad política que tiene”.
Mirar a través del alimento
Patricia Lizarraga destaca la centralidad que tiene en el trabajo de la FRL la organización comunitaria, y desde esa mirada surge el encuentro con el trabajo de Leonardo Rossi: “la perspectiva que él venía desarrollando dialogaba muy bien con cosas que veníamos intentando desarrollar”. Un aspecto central del hacer de la FRL tiene que ver con la formación política desde una perspectiva de educación popular, y en ese sentido “este libro aporta a generar más espacios de formación para mirar y poner en cuestión la forma en que nos venimos alimentando y de qué manera podemos transformar eso”.
Sobre la propuesta metodológica y pedagógica que constituye la segunda parte del libro destaca: “Pensamos en un material que además ayude a pensar, primero las historias personales de tu vínculo con el alimento y las historias comunitarias de cómo se piensa y circula el alimento en tus comunidades, pero además poner en valor la infinidad de tramas comunitarias que hay alrededor de producir, consumir y abastecer alimentos en los territorios. Es súper interesante el concepto que Leo trae de “comunalidad agroalimentaria”, como una forma de pensar todo eso que sucede en algunas comunidades en Argentina que se organizan con el alimento en el centro”.
En todo el libro las ilustraciones de Carlos Julio Sanchez cobran una dimensión central; tanto para para construir un puente entre un conjunto de conceptos, niveles de análisis y perspectivas complejas con la experiencia concreta de cada persona que toma contacto con el material, como en la faceta metodológica ilustrando cada una de las propuestas pedagógicas lo que las pone al alcance de todos en la mesa.
Al respecto Patricia continúa: “quisimos bajar y recuperar los conceptos centrales de esta perspectiva aportando toda una serie de metodologías que en sí son 5 pero que juntas hacen un proceso de mirar desde las memorias de tu comensalidad y tu biografía alimentaria, hasta el alimento en tu comunidad y qué incidencia tenemos nosotros o tienen las comunidades, en la definición de qué se produce, cómo se produce, cómo se distribuye, quiénes acceden y quiénes no. Entonces este libro también es un libro para formación de formadores, para que referentes de organizaciones de movimientos campesinos, docentes, educadores populares puedan llevar esa perspectiva a sus comunidades, y mirar críticamente lo que pasa con el alimento en su comunidad; con la certeza de que para transformar el sistema primero tenés que entenderlo, cómo funciona en tu comunidad, cómo funciona a nivel nacional o global hacia lograr una transformación duradera”.
Escribir, ilustrar, cocinar
Como mencionamos esta publicación es un mojón más en una serie de otras publicaciones, seminarios y esfuerzos auspiciados por la FRL. En ese camino Lizarraga destaca el Atlas de los Sistemas Alimentarios, construido en articulación con organizaciones de 5 países del cono sur, “en clave de pensar el sistema alimentario en toda la cadena de producción del alimento, pensar las políticas públicas, destacando procesos territoriales y comunitarios vinculados a la producción de alimentos, a la transición agroecológica, a la protección de semillas, entre otros temas”. En el medio se destacan otras publicaciones como “La Revolución de una Semilla” (en coordinación con Carlos Vicente, 2021), o “Sembrando vida, memoria y comunidad. Cuaderno metodológico para la creación de redes y casas de semillas” (2024) ambos también con ilustraciones de Carlos Julio Sánchez. Además de numerosos seminarios y talleres en distintos puntos del país.
También durante 2024 la FRL, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Programa de Estudios Regionales y Territoriales (PERT) elaboraron el informe “Rascar la Olla” con un relevamiento del vaciamiento de políticas, cierre de organismos, derogación de leyes y normativas, y su impacto en la producción y consumo de alimentos en los primeros 10 meses del gobierno de Javier Milei.
Aunque este tiempo nacional y mundial remite en mucho a la distopía, y particularmente alrededor de la alimentación sana, segura y soberana esto parece agudizarse, Rossi destaca que “a pesar de toda esta debacle hay una porfía del sujeto humano como sujeto comunal por volver a resituar al alimento en el centro; no solo en clave de supervivencia, sino de buena vida, de vida digna en común. Esta idea de la vida en común, no sólo es una enorme necesidad sino todo un desafío político”.
Al agarrar “Alimentos y política comunal” se reconoce que es un libro que no se hizo para dormir en bibliotecas: flexible al hojear, fácil de llevar, ilustrado bellísimamente y resumido en muchos aspectos para facilitar su rol nutricio. Pensado y creado para andar de mano en mano, en sobremesas compartidas y rondas de mate; en planificaciones y celebraciones. Se encuentra libre para su descarga on line, y como se explicita en cada parte y a través de la palabra de sus autores: busca ser una herramienta para aportar a la organización colectiva hacia la transformación de nuestros sistemas alimentarios y nuestras sociedades; para reconocer que desde un plato y una olla de comida compartidos (desde siempre hasta hoy) todo puede transformarse.
Buenos Aires, mayo 2025

Ilustración Carlos Julio Sánchez.