El paro del campo concentrado expresado en la Mesa de Enlace fracasó en su intento de boicotear las políticas redistributivas que implicaba la modificación del esquema de derechos de exportación: únicamente aumenta el 3% en la soja para grandes productores, con esquemas de compensación para pequeños y medianos, sin modificaciones para maíz, trigo y carne, y sensibles rebajas para productos de las economías regionales. Quedó en evidencia la maniobra de los que más tienen, el campo que apoyó cada medida neoliberal del gobierno de Macri, para no ceder un ápice de su rentabilidad extraordinaria.
Pero el campo que produce alimentos, que se movilizó en la capital y principales ciudades del país para defender las políticas redistributivas y seguir abriendo el debate sobre el modelo agropecuario, salió fortalecido.
Ante la emergencia económica y social que vive el pueblo argentino la actitud de la Mesa de Enlace pone de manifiesto todo lo regresivo que representa el agronegocio para nuestra sociedad. No son sólo un par de propietarios o alguna entidad, es la lógica propia de una forma de producción y apropiación. Esto fue evidente para amplias franjas de nuestra población, tanto urbana como rural.
El campo que produce alimentos despliega lo opuesto, agroecología, cadenas cortas de comercialización, diversidad, cuidado del ambiente, arraigo rural y un largo etc: un modelo agropecuario con tierra y dignidad para las familias campesinas y de la agricultura familiar, y soberanía alimentaria para el conjunto del pueblo.
Acá la palabra de Nahuel Levaggi, coordinador de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT)
Fotogalería de la jornada en Plaza de Mayo